cambio de régimen en egipto

¿Podrán presentarse los Hermanos Musulmanes a las elecciones en Egipto?

El investigador Haizam Amirah-Fernádez dice a ABC que «sería un error para la estabilidad del país que el gobierno no dejara presentarse a las elcciones al brazo político de la Hermandad»

¿Podrán presentarse los Hermanos Musulmanes a las elecciones en Egipto? efe

iara mantiñán búa

Caminar por las calles de El Cairo en febrero de 2012, un año antes de la caída de Mohammed Mursi, era como flotar en una especie de desorden estructurado. Desorden porque en las avenidas de la capital de Egipto se podían ver imágenes de automóviles circulando sin puertas o sin ventanas y, en muchos casos, abandonados en medio del asfalto durante años. Niños trabajando, lavando los camellos en los que los turistas paseaban alrededor de las pirámides. Estructurado porque pese al caos que reinaba en El Cairo la ciudad seguía funcionando, hasta la semana pasada cuando el Ejército dio un golpe de Estado que derrocó al presidente electo, Mohamed Mursi, el líder de los Hermanos Musulmanes.

Detrás de todos los acontecimientos que están ocurriendo en Egipto y más allá de debatir sobre si se ha producido un golpe de Estado o una «interrupción del proceso democrático» , como bien apuntó el pasado martes el ministro de Asuntos Exteriores español José García-Margallo, es interesante redirigir la mirada hacia la Cofradía de los Hermanos Musulmanes y preguntarse por qué han fallado y si el nuevo gobierno provisional, controlado por el Ejército, dejará que el brazo político de la Cofradía, el Partido Libertad y Justicia (PLJ) , se presente a las elecciones convocadas para dentro de seis meses.

Para analizar estas cuestiones, Haizam Amirah-Fernádez, investigador principal de Mediterráneo y Mundo Árabe del Real Instituto El Cano dice a ABC que « sería un error para la estabilidad del país que el gobierno ilegalizará al PLJ en las elecciones», sin embargo en los últimos días el Ejecutivo interino ha cerrado los medios de información de los Hermanos Musulmanes, ha clausurado las sedes del PLJ y ha ordenado la detención de la cúpula religiosa. También es cierto que el primer ministro interino Hazem al Beblaui, ha agregado que para la confección de su gabinete de gobierno no tendrá en cuenta la afiliación islamista o no islamista de sus ministros, sino tan solo dos criterios: «la profesionalidad y la credibilidad» .

Otra de las dudas que surge es si el brazo político de los Hermanos Musulmanes ganaría o no en las urnas en caso de que no fueran ilegalizados; lo cual supondría un problema teniendo en cuenta la brecha social que se ha abierto en el país entre los detractores y defensores de Mursi. En opinión de Haizam Amirah, «los Hermanos Musulmanes han perdido muchos apoyos desde que fue derrocado el anterior presidente, Hosni Mubarak ».

El académico dice que una de las principales razones que explican la pérdida de avales del movimiento es la bicefalia que había dentro de sus propias filas. Muchos egipcios vieron que las decisiones importantes no las tomaba el presidente electo, sino el Guía Espiritual , Mohammed Baide (o Badia) , junto con la Oficina del Guía (maktab al-irshad). La también conocida como Oficina de Orientación es el principal órgano ejecutivo de la Hermandad y está integrada por una docena y media de miembros que en ningún momento fueron elegidos democráticamente por la población egipcia, pero que tenían la última palabra en las decisiones de la presidencia del país.

El derrocado gobierno de Mursi ha sido acusado de sectario y ha tenido cada vez más disidentes entre los jóvenes egipcios, cada vez más frustrados por las políticas de la Hermandad. «Hubo un abandono de las juventudes de la Cofradía cuando llegaron al poder los actuales dirigentes, acusados de tener una orientación muy cerrada». La división se produjo cuando el exdirigente de la Cofradía Abul Futuh , seguido por las juventudes de los Hermanos Musulmanes, rompió con la cúpula del partido y se presentó como candidato independiente a las elecciones presidenciales del 2012.

12.000 millones de dólares

Sobre las relaciones entre los países vecinos con la Hermandad y su reacción tras la persecución del movimiento, a manos del gobierno que está dirigiendo el cambio de régimen, Amirah-Fernández dice que Arabia Saudí «ha recibido la caída de Mursi con satisfacción y ha ayudado económicamente a los golpistas aportando 4.000 millones de dólares al gobierno interino para restablecer la economía». Lo mismo ocurre con los países como Emiratos Árabes y Kuwait. Los tres Estados han prometido una inyección de 12.000 millones de dolares en ayuda no reembolsable que se depositará en el Banco Central de Egipto .

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